Y es que este evento devolvió una vida perdida a la ciudad de las costas cicatrisadas por la roca...Antofagasta una gigante de hormigón , fue totalmente sedusido por estos velos y la gente concurrió como una masa a sus costas...devolviéndole esa mirada cercana al mar que desde los cerro se vuelve lejana y aveces ausente....como si el desierto se la robara..
En la mañana me despiertan sus bocinas...un velo eterno se mueve sobre el mar...es como si las carabelas volvieran a estos territorios desolados..recordando un viaje marítimo fundacional, fundacional de la cultura mestiza....realmente sentí una gran emoción.
Al encaminarme al puerto de Antofagasta, ubicado en la zona central de la bahía me encuentro con que la zona de desembarco de carga traída por los habituales buques, se ha convertido en un espacio mágico adornado por gigantes....